Óscar Landerretche, quien fue orador en la última gala de la bolsa de Metales de Londres en el marco de la London Metal Exchange Week.
“El lado positivo de esta crisis es que nos permite mirar hacia atrás los años de bonanza con una mentalidad crítica”, sostuvo el presidente del Directorio de Codelco, Óscar Landerretche, durante su discurso como orador principal en la Gala de la Bolsa de Metales de Londres (LME), evento en que sostuvo que han sido tiempos difíciles para los mercados de los metales, tanto para accionistas como para inversionistas.
El ejecutivo instó a revisar la forma en que la industria se ha comportado en los distintos ciclos y a tomar conciencia respecto de lo importante que es para las personas entender los procesos de toma de decisiones por parte de las compañías, en particular de aquellas que afectan sus vidas. Recalcó la necesidad de empatizar con este requerimiento, puntualizando que “la gente entiende que las decisiones difíciles tienen que hacerse para asegurar la viabilidad a largo plazo de las empresas, las operaciones y las actividades económicas”. La lección, dijo, es “explicar, explicar, explicar”.
En ese contexto, Landerretche hizo un paralelo entre los “siete pecados sociales” descritos por Mahatma Gandhi a comienzos del siglo pasado, y los que llamó “siete pecados mineros”. Por una parte, riqueza sin trabajar, que en minería se traduce como “ganancias sin productividad”, dijo; placer sin conciencia, que para el minero sería éxito sin sobriedad; conocimiento sin carácter, traducido como tecnología sin templanza; comercio sin ética que en minería pasaría a ser comercio sin perspectiva; ciencia sin humanidad traducida como inversión sin continencia; adoración sin sacrificio que para el minero sería como presupuesto sin restricciones; y política sin principios llevada a la minería como operar sin ahorro.
Advirtió que la historia ha enseñado que los ciclos vuelven y seguramente el próximo lo hará con entusiasmo y celeridad, “con sus oportunidades y tentaciones” y que quienes seguirán siendo mineros por las próximas décadas deben estar preparados para ello, “en cuerpo, mente y alma”.