La economía chilena creció un 0,8 por ciento interanual en noviembre, una variación bajo lo esperado que elevó las posibilidades de un relajamiento de la política monetaria en el corto plazo para apurar el tranco de la actividad doméstica.
El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) del undécimo mes del año pasado fue impulsado por el positivo desempeño del comercio y la minería, pero esa influencia fue contrarrestada por la caída de la industria manufacturera, indicó el jueves el Banco Central.
El Imacec de noviembre contrasta con una baja del 0,4 por ciento de octubre pasado y un alza del 1,9 por ciento en noviembre del 2015.
“Aunque hay una recuperación mes a mes, la verdad es que el cuarto trimestre está siendo bastante más débil de lo que nosotros habríamos esperado unos seis meses atrás y tenemos que redoblar los esfuerzos, entre todos trabajar para revertir este bajón”, admitió el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.
El Imacec se ubicó por debajo lo previsto por el mercado. Un sondeo de Reuters había anticipado una variación positiva del 1,4 por ciento para el indicador en noviembre.
El Imacec desestacionalizado, en tanto, anotó un alza del 0,7 por ciento en el undécimo mes respecto de octubre.
“Al margen de las manufacturas, parece claro que hay una desaceleración más profunda en otros sectores, mientras que el comercio sigue siendo un sustento importante, pero sin un desempeño muy relevante, por lo demás”, dijo Benjamín Sierra, economista de Scotiabank.
Con la cifra mensual, la economía chilena acumuló una expansión del 1,5 por ciento entre enero y noviembre, en una muestra del bajo dinamismo de la actividad por el desplome en el precio del cobre, la principal exportación del país, y una contracción de las inversiones.
Para el último mes del 2016, las proyecciones preliminares apuntan a una expansión del Imacec de entre 1,5 y 1,7 por ciento.
Ante la persistente debilidad de la economía y una inflación acotada, el Banco Central reconoció la posibilidad de aumentar el estímulo monetario para dar impulso a la actividad.
“Un mayor apoyo por el lado de las políticas macroeconómicas se hace fundamental en este contexto (…) el mercado empieza a exigir más al (Banco) Central, tendencia que estimamos se acentuará tras estas cifras. La respuesta debe ser pronto”, apuntó BBVA.
Un indicador clave que podría allanar más la vía a un próximo recorte de la Tasa de Política Monetaria (TPM) es la cifra de inflación de diciembre que divulgará el viernes el Gobierno.
“Lo más probable sigue siendo que el Banco Central decida recortar en 25 puntos base la tasa referencial (a un 3,25 por ciento) el próximo 19 de enero y lo vuelva a hacer el 14 de febrero. Tras esto podría hacer una pausa para evaluar la evolución inflacionaria”, dijo Sierra de Scotiabank.
Fuente: InfoLatam